Nivel 3 – LECCIÓN 05 – LA PERSECUCIÓN

Por Don Krow

En Mateo 10:16-23, Jesucristo quería preparar a sus discípulos para la hostilidad; Él quería que supieran que la hostilidad se iba a presentar. Todos los que viven piadosamente, vidas centradas en Cristo padecerán persecución (2 Timoteo 3:12). No es algo que puedes reprender. Quizá el enemigo sea el responsable, pero la persecución es parte de la vida de aquél que se mantenga firme en cuanto a la justicia. La Biblia dice que los que vivan piadosamente en Cristo padecerán persecución. Jesucristo estaba preparando a sus discípulos cuando les dijo: “He aquí yo os envío como a ovejas en medio de lobos” (Mateo 10:16 RVR 1960). La frase “He aquí” significa: “Varones, escúchenme. Quiero que entiendan esto. Sirve para introducir lo que sigue: los voy a mandar como ovejas en medio de lobos”. Las ovejas son los animales más indefensos y dependientes que conozco. Una oveja no tiene colmillos, no tiene veneno como una serpiente—no tiene nada para defenderse. La única defensa que verdaderamente tiene es el pastor.

La responsabilidad del pastor es mantener a los lobos alejados del rebaño, pero Jesús está diciendo precisamente lo opuesto: “Los estoy mandando como ovejas en medio de lobos”. ¿No es sorprendente? La razón por la que Él lo está diciendo es que los estaba preparando para enfrentar la oposición. Efesios 6:12 dice: “Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas, contra las huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”. Habrá oposición. Una parte de la vida Cristiana es la oposición, y Jesús quiere que lo sepas. Él quiere prepararte para que puedas enfrentarlo cuando te dice: “Sed, pues, prudentes como serpientes” (Mateo 10:16 RVR1960). La palabra “prudentes” significa que en todas las situaciones, tú no vas a causar problemas innecesariamente, pero cuando se presenten tendrás la sabiduría que llevas contigo. Sean prudentes como serpientes y sencillos como palomas.

A continuación Él dice: “Pero cuidaos de los hombres” (Mateo 10:17). El enemigo va a usar al hombre. Efesios 2:2 dice que hay un “príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia”. Satanás va a usar al hombre para pelear contra nosotros, para pelear en contra de los propósitos de Jesucristo, y para pelear en contra de la Palabra de Dios. “Pero cuidaos de los hombres, porque os entregarán a los tribunales y os azotarán en sus sinagogas” (Mateo 10:17). Pablo dijo: “¿Son servidores de Cristo? (Hablo como si hubiera perdido el juicio.) Yo más. En muchos más trabajos, en muchas más cárceles, en azotes un sinnúmero de veces, a menudo en peligros de muerte. Cinco veces he recibido de los judíos treinta y nueve azotes.” (2 Corintios 11:23-24). Jesucristo dijo que serás llevado ante reyes y gobernadores por la causa de Jesús, para dar un testimonio que puede beneficiarlos o no.

En una ocasión yo estaba enseñando un curso de evangelización, y les estaba mostrando a los estudiantes cómo podían usar una carta para evangelizar junto con un testimonio personal para alcanzar a los que están perdidos. Yo mismo escribí una carta y la envié por correo a unas cincuenta o cien personas. Unos cuantos días después, recibí una llamada por teléfono de una mujer en la ciudad que se llamaba Mary Anne. Ella dijo: “No te vas a salir con la tuya; tú no puedes hablarme de Jesucristo; no te vas a salir con la tuya. Además, ¿de dónde sacaste mi nombre?” Yo contesté: “Pues bien, lo saqué directamente del directorio telefónico”. Ella dijo: “¡Eres un mentiroso! ¡Mi nombre y mi dirección no aparecen en el directorio telefónico!” Yo contesté: “En fin, de allí lo saqué”. Ella dijo: “Mañana la policía se va a comunicar contigo”. Yo pensé: ¿Es real la Biblia? Y la policía sí me visitó al día siguiente y se pasaron cerca de dos horas tratando de interrogarme.

¿Te das cuenta de lo que estoy diciendo? Habiendo criminales en las calles, la policía perdió dos horas de su tiempo conmigo. ¿Por qué? Por la causa de Jesucristo, por la causa del Evangelio. ¿Es verdaderamente real la Palabra de Dios? Si tú vas a permanecer firme en la Palabra, si eres audaz para dar testimonio, si eres audaz para proclamar a Jesucristo, si eres audaz para vivir una vida santa ante los hombres, habrá oposición. Hay fuerzas del mal, y hay fuerzas del bien. Jesucristo quería que sus discípulos estuvieran preparados.

Jesucristo dijo en Mateo 10:19: “Pero cuando os entreguen, no os preocupéis [no estén ansiosos] de cómo o qué hablaréis; porque a esa hora se os dará lo que habréis de hablar” (los corchetes son míos). Con el Espíritu de Dios, tú tendrás sabiduría como Esteban el de antaño. La gente no podía resistir la sabiduría con la que hablaba. Jesucristo dijo en el versículo 22-23: “Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre, pero el que persevere hasta el fin, ése será salvo. Pero cuando os persigan en esta ciudad, huid a la otra”. La oposición en contra de la justicia, en contra de los propósitos de Cristo, es una realidad si tú eres un hacedor de la Palabra y no solamente un oidor.

Hace mucho tiempo yo estaba en un parque, y vi a una mujer de edad sentada en un columpio. Yo pensé: “¡Ella es inofensiva; no puede lastimarme!” Le pregunté si podía sentarme en los columpios con ella, y me senté y empecé a platicar con ella. Descubrí que su nombre era Jane, y entonces dije: “Dime Jane, ¿a qué te dedicas?” Ella contestó: “Pues, yo soy una mujer de edad avanzada; ya no trabajo. Estoy jubilada”. Luego dijo: “y dime, ¿a qué te dedicas tú?” Yo contesté: “Yo trabajo para una iglesia independiente, una organización independiente”. De repente su semblante cambió. Ella dijo, “¡No me hables de tu Dios! ¡No me hables de Jesús!” Yo contesté: “Oh Jane, no deberías hablar de esa manera. Permíteme hablarte de mi familia”. Ella dijo: “¡No! Te prohíbo que hables conmigo. Tú me vas a hablar de Jesucristo y de lo que Dios ha hecho en tu familia, y no te lo voy a permitir. No puedes hablar”. Yo le dije: “Jane, por favor. Tengo que hablarte de Jesucristo”. Ella dijo: “¡No! ¡Te estoy diciendo que te CALLES!”

Ella tenía un perrito que andaba por allí pero que estaba sujetado con una correa; y ella jaló y jaló al perrito hasta que empezó a gruñir “Arrgh”. Luego ella se fue. Ésta era una mujer que estaba fuera de control porque un espíritu se agitó dentro de ella, el espíritu de la desobediencia. Ella estaba controlada por el enemigo. Yo pensé: “No estoy acostumbrado a que la gente me grite. No estoy acostumbrado a que la gente tenga altercados conmigo”. Pero de mi parte solamente sentí compasión, nada más que amor por Jane. Ella estaba fuera de control, y yo estaba totalmente controlado. Me fui a casa y dije: “Señor, ¿sabes qué? En realidad el milagro más grande fue que yo me mantuve bajo control. Cuando alguien estaba altercando conmigo, lo único que yo sentí fue amor y compasión”.

La oposición y la persecución vendrán cuando avanzamos en el nombre de Jesús. El mismo Espíritu de Dios que da valor para proclamar a Jesús inclusive cuando nos rechazan a causa de Él, es el mismo Espíritu que nos confortará y fortalecerá en cualquier situación.

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