Nivel 3 – LECCIÓN 11 – ME AMAN, SOY HERMOSA

Por Don Krow

Un día, Miguel vino a mi oficina para darme una información muy confidencial acerca de una de sus compañeras de estudio. Mientras yo estaba enseñando en una de mis clases en Charis Bible College, se supo que Patricia estaba escribiendo unas notas personales en su libreta. Sus notas contenían estas declaraciones: “Me aman, soy hermosa” etc. Patricia también era la clase de persona que se vestía para llamar la atención. La verdadera razón por la que Patricia expresaba esas palabras era el hecho de que ella no se sentía ni amada ni bonita, más bien se sentía rechazada y no se sentía amada.

Como seres humanos, todos nosotros tenemos las mismas necesidades básicas—el deseo de ser amados, aceptados, y apreciados, y de sentir que tenemos valor propio y de saber que tenemos una relación correcta con Dios. Hoy gran parte de la religión mal entendida nos hace sentir rechazados, que no somos amados, que no tenemos valor. Uno de los bastiones más importantes que Satanás usa en contra de los creyentes es el sentimiento de culpa y de condenación, al mismo tiempo nos hace sentir muy espirituales por ese sentimiento.

Aquí está una pregunta: ¿A cuántos de ustedes, cuando se acercaron por primera vez a Jesús, les dijeron que Jesús no solamente los amaba, sino que también les dijeron que al aceptarlo, Él se convertiría en la justicia perfecta para ustedes? De hecho, la justicia que Él iba a suministrar era toda la justicia que necesitaban (1 Corintios 1:30 dice: “Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención” RVR 1960). Ésta es la buena nueva del Evangelio: “Porque no me avergüenzo del evangelio, pues es el poder de Dios para la salvación de todo el que cree; del judío primeramente y también del griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe; como está escrito: MAS EL JUSTO POR LA FE VIVIRA.” (Romanos 1:16-17). “Mas al que no trabaja, pero cree en aquel que justifica al impío, su fe se le cuenta por justicia.” (Romanos 4:5). Dios no nos llamó a tener fe en la fe o fe para obtener cosas, sino una confianza segura, confiable, en Él.

Dios no puede amarte más de lo que ya te ama. Él es amor (1 Juan 4:8). Pero tú puedes recibir más de Su amor, sentirlo más, y conocerlo de una manera más profunda. Mientras más lo creas, más te darás cuenta de que estás amando a Dios. La Escritura dice: “Nosotros le amamos a Él, porque Él nos amó primero” (1 Juan 4:19 RVR1960). ¡Piensa en esto, créelo, y recíbelo!

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