Nivel 1 – LECCIÓN 04 – LA AMISTAD CON DIOS

Por Andrew Wommack

Uno de los aspectos más importantes de la amistad es familiarizarse con la persona con la que se va a establecer esa relación, y eso también se aplica a Dios. Tú necesitas entender la naturaleza esencial del carácter de Dios para poder tener una relación sana con Él. Malinterpretar Su carácter y naturaleza es una de las razones por las que mucha gente no tiene una relación positiva con Él. Esto es exactamente lo que sucedió en el huerto del Edén cuando Eva y Adán fueron tentados por la serpiente. Ellos sucumbieron a la tentación, y finalmente desobedecieron a Dios, y hundieron a toda la raza humana en el pecado. Su falta de entendimiento de la naturaleza de Dios fue, de hecho, parte de la tentación.

La mayoría de la gente está familiarizada con la historia de Génesis 3:1-5:

“Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal” RVR 1960.

Aquí hay una afirmación muy sutil de Satanás que dice que en realidad Dios no es un Dios bueno…que Él estaba tratando de retenerles algo a Eva y Adán…que Él no quería que ellos tuvieran éxito…que Él no quería que fueran como Él…y que la razón por la que Él dio el mandamiento de que no comieran del árbol del conocimiento del bien y del mal era porque quería obstaculizarlos o lastimarlos. En cierto sentido, Satanás atacó la mismísima naturaleza y el carácter de Dios cuando él lo injurió al decir que Dios no quería lo mejor para ellos. Es exactamente lo mismo lo que le está sucediendo a la gente hoy en día. Satanás les dice: “Si tú obedeces a Dios y no experimentas con todas estas cosas que son contrarias a Su Palabra, nunca experimentarás la verdadera felicidad. La vida será aburrida…te estancarás”. La triste realidad es que la gente se da cuenta a posteriori de que las drogas, el alcohol, el sexo, la rebelión, el satisfacerse a sí mismos, el éxito en el trabajo, y todas las otras cosas que prueban no les dan satisfacción. Para cuando se dan cuenta de eso, ya destruyeron sus vidas, sus familias, y su salud.

La verdad es que Dios es un Dios bueno, y que Su voluntad para nosotros solamente es buena. Pero hoy Satanás usa con nosotros las mismas tentaciones que le resultaron efectivas con Eva y Adán en el huerto del Edén, y básicamente la implicación es que Dios no es un Dios

bueno. Aquellos que solamente tienen una comprensión limitada de la Biblia podrían adquirir esa impresión porque hay instancias en la Palabra en las que Dios trató a la gente de una manera dura y cruel. En Números 15:32-36, un hombre recogió leña en el día de Reposo y fue apedreado hasta morir porque dejó de observar el día de Reposo. Eso suena muy duro, pero había un propósito detrás de esos castigos, aunque no es algo que sea obvio para la mayoría de la gente por medio de una lectura superficial de las Escrituras. Un estudio cuidadoso revela que la Ley del Antiguo Testamento fue dada para hacer que el pecado que habíamos cometido llegara a ser sobremanera pecaminoso, como lo dice Pablo en Romanos 7:13. El propósito fue que la gente no se había dado cuenta de lo mortíferas que eran sus transgresiones y que eran una ofensa en contra de Dios. Cometieron el error de compararse entre ellos mismos y de valorar sus acciones en función de las de los demás.

Si alguien cometía un pecado y no caía muerto, los demás pensaban que el pecado no era algo tan malo, y rebajaban sus estándares. Habían perdido la perspectiva de lo que era bueno y de lo que era malo. Dios tuvo que volver a enderezar a la humanidad, de acuerdo a un estándar correcto de lo que significaba vivir con rectitud, para que así ellos rechazaran al diablo y sus tentaciones y reconocieran cuál sería el resultado final de las malas decisiones. Entonces, cuando Él hizo eso, tuvo que hacer cumplir la Ley que Él dio.

Dios no dio los mandamientos del Antiguo Testamento con el propósito de decir: “Mientras no hagas todas estas cosas, no puedo aceptarte ni amarte”. Ésa no es Su naturaleza ni Su carácter. Más bien, Él los dio para hacer que nuestra noción de lo bueno y lo malo fuera más aguda y para regresarnos a la realidad de que necesitamos un Salvador. El problema ha sido que la gente pensó que Dios estaba exigiendo perfección como requisito para que Él pudiera amarlos, lo cual produjo la actitud que muchos tienen de que Su amor por ellos es directamente proporcional a su comportamiento. Sienten que hasta que ellos se esfuercen por hacer todo perfectamente, no serán aceptados por Dios; pero ése no es el mensaje de la Biblia.

Dios está en la disposición de ánimo de reconciliar a la humanidad con él, no de juzgarla…ni la está haciendo responsable por su pecado…ni le está reclamando por su pecado. Ésa era la disposición de ánimo de Dios para la gente en la Biblia y también es Su disposición de ánimo para ti hoy. Tú tienes que comprender Su verdadera disposición, la cual es que “Dios es amor” (1 Juan 4:8). Lo que Él busca es quitar tus pecados y cualquier cosa que pudiera separarte de Él. Él ya lo hizo por medio de Jesucristo, y hoy te está ofreciendo una relación, no con base en tu comportamiento sino con base en tu fe y en el hecho de que aceptes que Jesucristo llevó tus pecados. Hoy tú puedes tener amistad con Dios a pesar de las fallas de tu vida. Todo lo que Él pide es que pongas tu fe en el Señor Jesucristo.

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