Por Don Krow
Hoy vamos a estudiar el tema de la justicia por medio de la gracia. Romanos 3:21-23 dice:
“Pero ahora, aparte de la ley, la justicia de Dios ha sido manifestada, atestiguada por la ley y los profetas; es decir, la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen; porque no hay distinción; por cuanto todos pecaron, y no alcanzan [están privados de] la gloria de Dios” (los corchetes son míos).
Fíjate que este versículo dice: “Pero ahora, aparte de la ley, la justicia de Dios ha sido manifestada,”. En una ocasión yo le pregunté a un señor: “¿Qué crees que tienes que hacer para poder irte al cielo?” Él respondió que debería observar los diez mandamientos, serle fiel a su esposa, vivir una vida virtuosa, más otras cosas. Yo le dije: “¿Sabes qué tienes que hacer para poder irte al cielo, estar en la presencia de Dios o en Su reino? Tú tendrías que tener una justicia que sea igual a la justicia de Dios”. Él contestó: “¿Qué dice? ¡No hay nadie que pueda tener una justicia que iguale la de Dios. Solamente hubo un hombre que tuvo una justicia así, y ese hombre es Jesucristo!” Yo le dije: “¡Le diste al clavo! ¡Eso es correcto! Nunca ninguno de nosotros por nuestra propia cuenta hemos observado los diez mandamientos de manera perfecta, ni externa ni internamente, pero necesitamos una justicia que iguale a la de Dios para poder ser aceptados ante Él”.
Esto es exactamente lo que se dice en los versículos 21-22, “Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado… la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen…” La clase de justicia que Dios nos ofrece a ti y a mí es una justicia que es “por medio de la fe en Jesucristo”, para todos los que creen. Hay dos clases de justicia—la justicia del hombre y la justicia de Dios. La justicia del hombre es el mejor comportamiento de una persona y las buenas obras que hace, pero eso no puede hacerte aceptable ante Dios. Tú necesitas una justicia que iguale la de Dios, y Él te la está ofreciendo a ti—la justicia de Dios que es aparte de la ley.
En el griego, no hay artículo determinado, lo cual significa que este texto en realidad está diciendo que Dios está ofreciendo Su propia justicia sin Ley. Una justicia que está de acuerdo a la Ley es una justicia de hacer, ganar, y realizar cosas para poder ser aceptado ante Dios. Hoy todas las religiones del mundo piensan que tú tienes que hacer, ganar, y realizar cosas para que Dios te acepte. La palabra “Evangelio” significa “Buena Nueva”, y la buena nueva del Evangelio es que Dios está ofreciendo Su propia justicia y aceptación a todos los que crean en lo que Jesucristo suministró—Su muerte en la cruz por nuestros pecados, acreditándonos una justicia que iguala la Ley. Ésta es la justicia de Dios que es aparte de la Ley, que no requiere que nosotros hagamos, ganemos, ni que realicemos cosas; y viene por medio de la fe en Jesucristo.
Fíjate en lo que dice el versículo 22: la justicia de Dios que es por medio de la fe en Jesucristo para todos. ¿Por qué les está ofreciendo Su gracia Dios a todos? “Porque no hay distinción; por cuanto todos pecaron, y no alcanzan [están privados de] la gloria de Dios” (los corchetes son míos). Tú has pecado, yo he pecado, y todos estamos destituidos del estándar de Dios o de Su perfección. Por nuestro pecado lo que más necesitamos es la aceptación, una amistad íntima, y una relación correcta con Dios…y Dios ha ofrecido esto no por medio de las obras de la Ley sino por medio de la fe en Jesucristo. La justicia de Dios no viene por medio de tu trabajo, de tu esfuerzo, de tu mérito, o de tus intentos para tener éxito; viene por medio de la fe, de estar en manos y depender del Señor Jesucristo.
¿Cómo fue salvo Abraham (el antepasado de los judíos)? La Biblia dice que él le creyó a Dios—creyó en la promesa que Dios le dio—y entonces se le abonó la justicia a su cuenta. El hecho de que Abraham fuera declarado justo ante Dios por medio de su fe no fue solamente para él. Leemos en Romanos 3:21-22 que un hombre es declarado justo por medio de su fe en Jesucristo. La Biblia dice que por el pago que Cristo hizo en la cruz cuando Él derramó Su sangre por nuestro pecado, la justicia (una relación correcta) le será acreditada a su cuenta a cualquier persona que crea en Jesús.
Romanos 5:17 dice: “Porque si por la transgresión de uno, por éste reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por medio de uno, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia” (el énfasis es mío). Dios te está ofreciendo el regalo de la justicia, el regalo de una relación correcta con Él. Un regalo sí cuesta algo pero no le cuesta a la persona que lo recibe. Si tú me dieras un regalo y me pidieras que te lo pagara, entonces no sería un regalo, pero a ti sí te habría costado algo. Dios puso a nuestro alcance la justicia como un regalo, y este regalo de justicia, de absolución y de una relación correcta con Dios viene por medio de la fe en Jesucristo.
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