Nivel 2 – LECCIÓN 10 – EL MATRIMONIO (PARTE I)

Por Don Krow

Hoy vamos a hablar del matrimonio. En primer lugar, quiero darte unas estadísticas. Un 75 por ciento de todas las familias va a necesitar consejería matrimonial. Uno de cada dos matrimonios terminará en divorcio. En un cincuenta por ciento de los matrimonios, uno de los cónyuges será infiel en los primeros cinco años. Inclusive en el ámbito Cristiano, se dice que hasta un 30 por ciento de los ministros se involucrarán en alguna relación inapropiada con alguien de su iglesia. A mí me parece que es obvio que no hemos comprendido los principios de la Biblia si esas estadísticas reflejan la realidad. Vamos a considerar el tema del matrimonio y algunas de las cosas que Dios dice al respecto—la manera como tú puedes fortalecer tu relación matrimonial.

El matrimonio fue la idea de Dios; Él lo creó. Génesis 2:18 dice: “Y el SEÑOR Dios dijo: No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda idónea”. También Génesis 1:31 dice: “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y fue la mañana: el sexto día”. Tienes que recordar que ésta era una creación perfecta. Dios se presentaba en el huerto y convivía con el hombre. Dios tenía una relación estupenda con el hombre. Todos los días Dios se paseaba en el huerto, al aire del día y convivía con Adán. Algunas veces pensamos que si tuviéramos una relación perfecta con Dios, en realidad no necesitaríamos nada más, pero eso no es verdad. Dios dijo en Génesis 1:31, en relación a la creación que Él hizo que, “era bueno en gran manera”. Lo primero que Dios dijo que “no era bueno” se encuentra en Génesis 2:18: “no es bueno que el hombre esté solo”. Así que el matrimonio era el plan de Dios para cubrir la necesidad que el hombre tenía, para darle una ayuda idónea y para resolver el problema de la soledad que él pudiera experimentar en su vida. El matrimonio, si observamos el manual de instrucciones y lo ponemos en práctica como Dios quiere, tiene el propósito de traer felicidad y no miseria.

Génesis 2:24 es la primera vez que la Biblia realmente habla mucho del matrimonio. Dice: “Por tanto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”. El matrimonio consiste en dejar todas las relaciones para darle un nuevo enfoque a tu vida dedicándote a otra persona, y Dios lo diseñó de esa manera. Es como una relación tripartita. No sé si comprendes lo que quiero decir, pero en la relación matrimonial cuando Dios convocó a Eva y a Adán, no se trataba nada más de que Adán se relacionara con Dios o que Eva se relacionara con Dios. Ahora Eva y Adán como una unidad, con unicidad de propósito se relacionaran con Dios. La Biblia dice en 1 Pedro 3:7: “Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas [sus esposas] sabiamente…para que vuestras oraciones no tengan estorbo” RVR1960 (los corchetes son míos). Génesis 5:1-2, que es un pasaje muy bueno, dice: “Este es el libro de las generaciones de Adán. El día en que creó Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo. Varón y hembra los creó; y los bendijo, y los llamó Adán, el día en que fueron creados”. Date cuenta que Adán llamó a su esposa Eva, pero Dios los llamó a los dos juntos Adán. Por lo tanto, en la relación matrimonial ya no se trata de una relación entre Dios y yo o entre Dios y esa mujer—somos mi esposa y yo en unidad, herederos de acuerdo a la gracia de la vida, quienes hemos sido llamados a servir a Dios con un propósito, para vivir en armonía y unidad.

Génesis 2:24, que acabamos de leer, dice que el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. La palabra “unir” significa: juntar cosas de modo que queden pegadas. Hacer de dos o más cosas una sola, tener unicidad de propósito. Si hoy estás teniendo problemas en tu relación matrimonial, permíteme hacerte unas cuantas preguntas: Las cosas que estás haciendo, la manera como estás actuando con tu cónyuge, las cosas que le estás diciendo, ¿están haciendo que se unan más como si fueran uno? o, ¿están creando una brecha, una separación? El mandamiento de la Escritura para el matrimonio es unirse, vivir como si fuéramos uno. Entonces, ¿las cosas que estás haciendo están edificando tu relación o la están destruyendo? Tienes que analizar algunas de estas cosas.

La gente piensa que el amor nada más es un sentimiento emocional: “Yo te amaba, pero me desenamoré—ya no te amo”. Supón que tú tuviste una familia desintegrada. Tú te presentas ante un ministro o un juez para casarte; te comprometes a entregarle tu vida a una persona; verdaderamente quieres que esto funcione hasta que la muerte los separe. Pero por la familia desintegrada en la que creciste, nunca has visto el amor, nunca viste expresiones de amor en tu familia, y nunca viste que tus padres compartieran expresiones afectuosas de amor. Quizá tu cónyuge viene de una familia que expresaba mucho su afecto, pero tú no sabes cómo hacerlo. Aunque tú amas a la persona con la que te comprometiste, es probable que ahora tú tengas muchos problemas porque nunca antes viste expresiones de amor, y es posible que fracases. Es casi seguro que dentro de unos años busques la ayuda de un consejero y que le digas: “No nos estamos llevando bien. Y ya no lo o la amo”. Pues bien, hoy tengo buenas noticias para ti: si estás teniendo problemas en tu matrimonio, hay algo que puedes corregir.

Cuando tú compras un refrigerador nuevo y tienes un problema con éste, sabes que debes recurrir al manual de instrucciones. El manual te dirá qué es lo que está mal, o podrías llevar tu aparato con un técnico. Hay un manual para hacerle ajustes a tu matrimonio, para arreglarlo. Se llama la Palabra de Dios, y la Biblia nos dice en Tito 2:4 que el amor es algo que puede ser enseñado, y algo que puede ser aprendido. Si tú vienes de una familia desintegrada y en realidad no sabes cómo amar a tu cónyuge —tu matrimonio está fracasando—hay buenas nuevas. 1 Juan 5:3 dice: “Porque este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos”. Por medio de los mandamientos de Jesucristo, que nos muestra cómo amar, cómo expresar bondad y generosidad, y cómo buscar el bienestar de la otra persona en tu relación matrimonial, Dios puede cambiar tu situación.

Esto nada más es una introducción al tema del matrimonio. Vamos a continuar con este tema en otra lección y quiero desearte que “Dios te bendiga hoy conforme continúes con tu estudio”. Yo creo que Dios quiere impartirte más sabiduría y conocimiento a medida que analices este tema.

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