Nivel 2 – LECCIÓN 11 – EL MATRIMONIO (PARTE II)

Por Don Krow

Hoy vamos a volver a estudiar el tema del matrimonio, y la pregunta es: “¿Qué es el matrimonio?” ¿Te has preguntado eso? De acuerdo a la Biblia, la creación del matrimonio fue idea de Dios, el matrimonio es la fusión de dos en uno solo, es una unidad, y una unión. Génesis 2:24 dice: “Por eso el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su mujer [se unirán, y él se fusionará con su esposa], y los dos se funden en un solo ser” (los corchetes son míos, NVI). ¿Sabías que el matrimonio es mucho más que la fusión de dos en uno solo, más que una unidad? Por ejemplo, 1 Corintios 6:15-16 dice que si yo siendo Cristiano me uno a una prostituta, me convierto en una carne con ella. Ahora considera la cita en Génesis 2:24 acerca del matrimonio. Si me uno a una prostituta eso no me divorciaría automáticamente de mi esposa ni me uniría en matrimonio con esa prostituta sólo porque tuve relaciones sexuales con ella. Entonces ¿qué es el matrimonio? Si el matrimonio es una unidad, es la fusión de dos en un solo ser, si es ser una sola carne, ¿cuál es la diferencia entre eso y unirse a una prostituta? Obviamente, si tú te unieras a una prostituta, serías una sola carne con ella.

La Biblia sí dice que el matrimonio es una unidad, es la fusión de dos en un solo ser, es una unión, pero es más que eso. Es una unión por medio de un pacto. La palabra “pacto” en hebreo es berith, y encierra la idea de atar algo. Es un compromiso definitivo que hace un individuo, inclusive el compromiso de permanecer juntos hasta que la muerte los separe. Ahora bien si yo me uniera con una prostituta, si cometiera un pecado tan abominable como ése, yo no estaría comprometido con ella. La esencia del matrimonio es en primer lugar dejar a todos los demás. La Biblia dice que tú debes dejar a tu padre y a tu madre y que debes unirte a tu mujer. Ezequiel dice: “Fuiste mía”. Es dejar a todos los demás por esa persona—comprometerte con esa persona. Obviamente si tú, de una manera contraria a la moral, te unes a otra persona estando casado eso violaría el fundamento del matrimonio, la unidad y la unión que viene por medio de un pacto, o de un compromiso. Ezequiel 16:8 lo llama el pacto del matrimonio. En Efesios 5, aprendemos que en el matrimonio, el esposo debe amar a su esposa, así como Cristo amó a la iglesia; por lo tanto es un pacto de amor. La razón por la que es un pacto de amor es que el amor es el fundamento principal del matrimonio. Por encima de todas las cosas, el amor debe ser el fundamento principal del matrimonio.

El matrimonio es un pacto de unión. 1 Pedro 3:7 dice que si no honro ni aprecio a mi esposa como a vaso más frágil y no me doy cuenta de que somos coherederos de la gracia de la vida, nuestras oraciones serán estorbadas. Piensa al respecto—nuestras vidas espirituales podrían ser obstaculizadas si no caminamos con la unidad y la armonía que Dios se propuso para la relación matrimonial. Proverbios 2:16-17 habla de la mujer extraña que se olvida de su pacto de matrimonio, del guía de su juventud, y aquí a la relación matrimonial se le llama el pacto de su Dios. Esto es un asunto muy serio. Es un pacto que hacemos con una persona, pero también es un pacto que hacemos ante Dios. Aunque a mí me gusta mucho ministrarle a la gente, Dios tiene una prioridad, y ésta es que me concentre en mi matrimonio. El matrimonio es en realidad centrar mi vida en otra persona, y como ya lo dije, el fundamento principal es el amor.

Mateo 7:12 dice que hagas a otros todas las cosas que quieras que te hagan a ti, porque esto es la ley y los profetas. Éste es precisamente el principio que debe predominar en el matrimonio. No es algo egoísta, no es para uno mismo, no se trata de lo que esa persona puede darte. La Biblia dice en 1 Corintios 13:4 que el amor es benigno. Eso quiere decir que busca el bienestar del otro, que es generoso y benigno y busca lo mejor para el otro. La razón por la que el matrimonio está diseñado de esa manera es que es un ejemplo, un modelo, de lo que debe ser una verdadera relación con el Señor. Él nos ha dado ilustraciones en el ámbito natural, Él nos ha mostrado cómo tener un buen matrimonio, un matrimonio excepcional, porque Él quiere que tengamos un modelo de cómo debe ser una relación eterna y verdadera con Él. El matrimonio nada más dura hasta que la muerte nos separe, es algo temporal. La Biblia dice que en la resurrección, ni se casan ni se dan en casamiento. Dios quiere que entendamos qué significa tener un buen matrimonio—los principios del amor—los principios para entregarse sin egoísmo a otra persona. Él está diciendo: “Lo que verdaderamente quiero que comprendas es que te he llamado a una relación matrimonial conmigo—no a una relación temporal, no a una relación que solamente durará unos cuantos años y después terminará, sino más bien a una relación eterna en la que te demostraré todo mi amor para siempre”.

Permíteme darte unos principios del matrimonio. El matrimonio es una fusión, y no solamente una sociedad. La Biblia se refiere a eso en Génesis 4 como el acto de conocer a alguien íntimamente y en 1 Pedro 3:7 habla de ser coherederos de la gracia de la vida. El matrimonio es un pacto, lo cual quiere decir que implica una obligación; hay un compromiso de por medio. El pecado no entró primero en la iglesia; se introdujo en el primer matrimonio, por lo tanto tenemos que obtener el manual, obtener las instrucciones acerca del matrimonio y debemos implementar los principios del amor en nuestras vidas. También hacemos la pregunta: “¿Qué es el amor?” La definición del amor es en realidad, en cierto sentido, la ausencia del egoísmo. Isaías 53:6 dice que somos como ovejas, que nos descarriamos y cada cual se apartó por su camino, pero en el matrimonio, nos concentramos en la otra persona y buscamos su bienestar y su beneficio.

La Biblia nos dice en Efesios que amar a tu esposa es como amar a tu propio cuerpo. Los esposos debemos valorar y honrar a la esposa que Dios nos ha dado, lo cual quiere decir que debemos apreciarla. Amar a tu propio cuerpo no significa que te sientas y te tomas de la mano a ti mismo, que te das una palmadita en la espalda, y que dices: “Oh, te amo”. No significa eso. Amarte a ti mismo es protegerte, alimentarte, y cuidarte. Nunca deberíamos desestimar a nuestras esposas, nunca deberíamos tomar una de sus debilidades y exhibirla públicamente, nunca debemos burlarnos de ella, ni hacer cosas que la lastimen. Debemos amarla como nos amamos a nosotros mismos.

Me gustaría que buscaras a Dios en oración y que en primer lugar le dieras las gracias porque te ama. La segunda cosa que quiero que hagas es que le des gracias por tu cónyuge, por la pareja que te dio. Esto es parte del problema. Tú no has apreciado a tu pareja; la menosprecias, y la Biblia dice básicamente que eso es egoísmo y que es pecado. Efesios 5 dice que Jesucristo limpió a la iglesia con el lavamiento del agua por la Palabra, por las palabras que Él declaró acerca de la iglesia. Cuando tú hablas palabras acerca de tu pareja, él o ella se elevarán al nivel de las palabras que tú hablas. Si tú dices: “Eres un bueno para nada, estás fea, tienes sobrepeso”, pondrás obstáculos en tu matrimonio y no producirás unidad sino separación y distanciamiento. Pero si tú usas palabras gentiles como: “Mi vida, yo aprecio las cosas que tú haces. Te aprecio a ti. Te amo”, y las respaldas con tus acciones, tu pareja se elevará al nivel de esas palabras.

¿Puedes darte cuenta que hoy gran parte de los problemas en tu relación matrimonial son el resultado de las palabras que has dicho? Tú has menospreciado a tu cónyuge en vez de edificarlo. Hoy te invito a que le digas buenas cosas a tu cónyuge. El amor no es un sentimiento; el amor es buscar el bienestar y el beneficio del otro sin importar cómo te sientes. Empieza hoy con actos de bondad, justamente como se aplican varias capas de barniz en un trozo de madera. Así es como se edifica el amor—con pequeños actos de bondad. Empieza a estimar, a honrar, a valorar, y a dirigirle palabras de amor a tu cónyuge, y verás la diferencia. Que Dios te bendiga conforme tú implementas estos principios.

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