Nivel 3 – LECCIÓN 13 – EL FRUTO DE LA SALVACIÓN (PARTE II)

Por Don Krow

Considera este versículo: “Así distinguimos entre los hijos de Dios y los hijos del diablo: el que no practica la justicia no es hijo de Dios; ni tampoco lo es el que no ama a su hermano” (1 Juan 3:10, Nueva Versión Internacional). No dice: “Así es como nos salvamos a nosotros mismos”. Dice: “Así distinguimos entre los hijos de Dios…” (1 Juan 3:10, el énfasis es mío).

Jesucristo lo dijo así: “Así que por sus frutos los conocerán” (Mateo 7:20, el énfasis es mío, NVI).

En las Escrituras, Dios habla de la salvación de dos maneras: (1) la salvación es por la gracia por medio de la fe (Efesios 2:8-9) y (2) en relación a las buenas obras que hará toda persona salva (Efesios 2:10). ¿Por qué tenemos temor de hablar del fruto del creyente? La Biblia no evita este tema. De la siguiente manera es como podemos saber que estamos en el reino de Dios y bajo el gobierno de Dios:

1 Juan 2:3-5 – Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. (RVR1960, el énfasis es mío).

Si tú sabes que Él es justo, tú sabes que cualquiera que hace justicia es nacido de él (1 Juan 2:29). (¿Tiene sentido esto? La naturaleza de Dios y Cristo son la justicia, y todo el que practica la justicia está dando evidencia de que comparte Su naturaleza, o como Juan lo dice, que es nacido de Él).

1 Juan 3:5-10 – Pero ustedes saben que Jesucristo se manifestó para quitar nuestros pecados. Y él no tiene pecado. Todo el que permanece en él, no practica el pecado. [En el griego esto está en tiempo presente; esto transmite la idea de una acción continua, o habitual. El lector de la Biblia puede ampliar considerablemente la comprensión de un pasaje si añade las palabras o expresiones siguientes: continuamente, repetidamente, una y otra vez, sin interrupción, constantemente, algo que continua, de costumbre, habitualmente, como una manera de vivir] Todo el que practica el pecado, [tiempo presente], no lo ha visto ni lo ha conocido. Queridos hijos, que nadie los engañe; el que practica [tiempo presente: repetidamente, una y otra vez] justicia es justo, así como él es justo. El que practica el pecado es del Diablo [tiempo presente: de manera habitual como un estilo de vida porque ésa es su naturaleza]; porque el diablo peca desde el principio. Porque el diablo ha estado pecando desde el principio. El Hijo de Dios fue enviado precisamente para destruir las obras del diablo. Ninguno que haya nacido de Dios practica el pecado [tiempo presente: es decir, como si ésa fuera su manera de vivir, y muestra que tiene un corazón que se ha arrepentido], porque la semilla de Dios permanece en él; no puede practicar el pecado, [tiempo presente: ininterrumpidamente], porque ha nacido de Dios. Así distinguimos entre los hijos de Dios y los hijos del diablo: el que no practica [tiempo presente] la justicia no es hijo de Dios; ni tampoco lo es el que no ama [tiempo presente] a su hermano. (NVI, el énfasis y los corchetes son míos). (Juan dice: “Así distinguimos entre los hijos de Dios y los hijos del diablo”. Aquellos que no practican la justicia y el amor muestran que no tienen la naturaleza del Padre. ¿No es importante la evidencia del nuevo nacimiento?).

1 Juan 3:14 – Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a nuestros hermanos. El que no ama permanece en la muerte (NVI, el énfasis es mío).

1 Juan 4:6 – Nosotros somos de Dios, y todo el que conoce a Dios nos escucha; [a los apóstoles]; pero el que no es de Dios no nos escucha [a los apóstoles]. Así distinguimos entre el Espíritu de la verdad y el espíritu del engaño. (NVI, los corchetes y el énfasis son míos).

1 Juan 4:8 – El que no ama, no conoce a Dios; porque Dios es amor (NVI). (El amor es la marca de un creyente, porque la naturaleza de Dios es el amor).

1 Juan 5:2 – En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, [tiempo presente: y continuamos amándolo] y guardamos [tiempo presente: y continuamos guardando] sus mandamientos (RVR1960, los corchetes son míos).

1 Juan 5:18-19 – Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado [tiempo presente: como una manera de vivir, mostrando que tiene un corazón que no se ha arrepentido]; pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca. Sabemos que somos de Dios, y que el mundo entero está bajo el maligno. (RVR1960, los corchetes y el énfasis son míos)

¿POR QUÉ EL APÓSTOL JUAN COMPARTIÓ TODAS ESTAS COSAS CON NOSOTROS? Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna (1 Juan 5:13) RVR1960.

Conclusión: La justicia, la santidad, el amor, el fruto del Espíritu de Dios son evidencia del nuevo nacimiento. Tú mismo no tienes confianza de que le perteneces (a Dios) cuando tienes una mala manera de vivir. La conciencia te condena, y no hay confianza para con Dios. El apóstol Pedro te exhorta a que hagas firmes tu vocación y elección (2 Pedro 1:10); es decir, que le des confianza a tu corazón de que verdaderamente le perteneces a Él por medio de una manera de vivir que esté en armonía con el glorioso evangelio: No dice: “Así es como somos salvos”, dice, “Así es como sabemos que le pertenecemos a Él”.

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